alabras venid a mi con el flujo intenso de la desazón. Dejad que el desánimo sea tan intenso que haya que apartarlo a martillazos y aparecer justo después para pulverizarlo todo. Hasta a mí mismo. Palabras, renunciad a significar lo que no sois y a darle sentido a este mensaje, lleno de nada. Oblicuo y obliteración, venid a despertar al somnoliento y ser empleadas en alguna digna tarea acompañadas de excusas y de peticiones negadas. Al crítico abrazarle, al necio darle lo que tanto desea, una razón para su tozudez.
¿Qué más queda? Ah si, descubrir la personificación y reflexionar sobre la metáfora, que siempre me acompañan.
Hasta pronto Palabras, y gracias
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