No es del todo cierto que la estafa y la política iban de la mano camino del altar para así engendrar corrupciones de las que sentirse orgullosos. Lo que es más cierto es que poder y necedad cada vez están más unidos. En todos los ámbitos. Y en el político, por su propia definición debería ser exactamente lo contrario, servicio a la "polis" o a su ordenamiento. Y al final se ha quedado en que a base de ódenes miento.
No me extraña sin embargo que ante la total impunidad el necio tenga la tentación de beneficiarse de la ignorancia general para su propio beneficio. Lo que aún me extraña es que haya personas que aún defiendan este sistema social, ya sea a base de votos o de modificaciones imposibles. No es que tratar de mejorar algo que esta mal sea una acción censurable, es que simplemente es inútil. Todos nos quejamos, los ricos, los pobres, los medios, los progres... Todos. Y si la queja es justa, habría que contemplar entender la soberanía actual del responsable, el Estado, como algo negativo para las personas que lo componen.
La generación anterior anda escondida, preocupada por la jubilación, las venideras y actuales, pensando en cómo sobrevivir sin trabajo, y el que lo tiene, preocupado por conservarlo. Ya nadie está a salvo.
Recurrir al tópico del medievo es casi erróneo. En realidad deberíamos irnos algo más atrás. Cada vez este sistema se parece más al Antiguo Egipto. Endiosados, reyes y sacerdotes (gobernantes) decidían discreccionalmente sobre las vidas de los demás y sobre el destino de los recursos del Imperio, sin escuchar queja alguna más allá de loas y alabanzas dirigidas a su persona. Pues aquí ocurre lo mismo, loas, alabanzas y vítores para el escudo en batallas futboleras, admiraciones patrióticas y salvaguarda del escudo del Estado que al mismo tiempo, ejerce de yugo inexorable para todos, como una horca cruel y cada vez más tensa, cuyo extremo, controla en exclusiva un reducido grupo que ha mostrado de sobra su incompetencia intelectual y su frágil concepción moral o iusnatural.
Yo propongo cambiar todo el modelo, por completo, el modelo político y el modelo social. Y basarlo en conceptos mucho más concretos que los que ahora se supone que nos rigen, ya que su ambigüedad nos ha llevado a esta situación. Me explico: Justicia se convirtió en juego de rol entre abogados y jueces, carente de sentido alguno y basado en ordenamientos jurídicos controlados arbitrariamente por los gobiernos (que son unos poquitos). Libertad murió el mismo día en que nos hicieron votar a personas, en lugar de a acciones o propuestas. Igualdad desaparece si existe la monarquía (por definición). Democracia significa otra cosa absolutamente distinta a lo actual. Y el sistema económico es un fracaso absoluto, precisamente, por la desaparición de todo lo anterior. Por tanto es la hora de cambiarlo todo y basarlo en otro tipo de valores, menos románticos, más concretos y con un sentido más natural. El iusnaturalismo entendido como la consecuencia de la aplicación de valores universales, intuitivos y globales, es decir de todos, a la acción del conjunto y a su regulación.
El Estado debe desaparecer para que el hombre pueda subsistir, si no es así, este planeta está perdido.
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