martes, 17 de diciembre de 2013
Harto de tu egoismo
Pues es que así estoy. Harto de tus necesidades y tu egoismo, harto de tus yos indefinidos, dependientes y anhelantes de mí. ¿Pero cómo puedes pretender q no me importe? Deja de engañarte y arrastrar a gente que no merece tu debacle, déjame tranquilo, a mí y a toda la gente que quiere conocerme, déjame conmigo mismo y deja de pensar que saldrás de rositas con tu podredumbre a través mío. Construye tu mundo, olvida lo que soy y fíjate un objetivo amargo o dulce, pero tuyo. No me hables más de tu pena, si es un recurso para justificarte, y no me cuentes que estás estable, porque no te creo. No, no te aprecio, no más allá de lo que tú a mí. No, no me preguntes, si tu crees que lo sabes todo. Yo sólo pienso en superar tu ausencia, de tí, tu carencia de valor y tu metódica justificación. No hay hijos sino ego, no hay causas sino refugio, no hay tú sino una falsa moral, una doctrina injustificada y que pendiente de tu valor pretende piedad. Ya me aburres con tu aburrimiento, ya me duele tu neglicencia. No amas, no hieres, no temes, y en mi opinión no vives. No rompes con tu yo y te aferras a las enseñanzas paternales, eso es lo correcto me dices, mientras demuestras lo contrario... No me digas que no sabes lo que quiero, porque pidiendo soy mejor que tú, porque soy más sincero. No me reproches, no me odies y mírate, con un seguro sobrepeso y las mismas ansias que hace diez años. Sueños rotos y tres cuartos de tí dando nada para nada, dando todo para nada, y buscando una causa que te absuelva... Olvida que hay más como yo, que hay gente que cree en el éxito y no te pintes como uno de ellos porque eres sino de fracaso...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario